Hace 7 años que mordí la manzana por primera vez y desde entonces, poco a poco, he ido conformando el ecosistema Apple perfecto para mí. Sin embargo, a diferencia de muchos FanBoy, mi llegada a esta magnífica compañía fue fruto de una bonita casualidad que ha marcado el futuro de la misma a corto y medio plazo.
Un ecosistema Xiaomi
En segundo de carrera, mi ordenador comenzaba a dar síntomas de agotamiento bastante severos, debido a que se trataba de un ordenador con prestaciones medianas y que mi padre me compró en segundo de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). El ordenador tenía 7 años y demasiadas partidas con mis amigos jugando al League of Legends.
En aquel momento, yo era un usuario que consideraba que los iPhone eran un smartphone con una manzana y poco más, donde pagadas más por el logo que por el dispositivo en sí. Para nada tenía interés e ilusión en tener ningún producto de Cupertino, porque consideraba que, por el precio de un iPhone, me podría comprar un magnífico terminal de Xiaomi.
Podríamos decir que, por aquel entonces, más que ser un FanBoy era un Mi fans, con un ecosistema cerrado en torno a los productos de la marca china, comenzando con mi Xiaomi Note 2, auriculares, báscula, tablet y cepillo de dientes de Xiaomi. ¿Qué me faltaba? El portátil.
En este momento, Xiaomi lanzó su primer portátil en España, con un diseño superminimalista, compacto y con unas prestaciones muy interesantes para el uso universitario que yo necesitaba diariamente.
El estado en el que estaba mi ordenador y el lanzamiento de uno procedente de mi marca favorita, hizo que tuviese un gran interés en renovar mi portátil. ¿Cuál fue el problema? Cuando fui a la tienda de Xiaomi de Sevilla, el equipo estaba completamente agotado y sin fechas de llegada de nuevas unidades.
Una Apple Store junto a la tienda de Xiaomi
En este momento es cuando entró en juego una Apple Premium Reseller que había junto a la tienda de Xiaomi. En ese momento, el MacBook Pro I5 de doble números, 8 GB de RAM, sin Touch Bar y 128 SSD estaba a un precio muy interesante debido a que acababan de renovar la generación y vendían las últimas unidades con grandes descuentos, a lo que tenía que añadir la rebaja que Apple realizaba anualmente a los estudiantes.
Yo tenía bastantes dudas acerca de adquirir un Mac, porque claro, 1200 euros por tener una manzana era un precio muy desorbitado, pero en ese momento, me encontré a un buen amigo que trabajaba en tareas de diseño gráfico y dijo: ven un momento a mi casa y prueba un rato mi equipo. Fabuloso. Mi experiencia fue fabulosa.
Prácticamente, al día siguiente fui a la Apple Premium Reseller y decidí adquirir el modelo que estaba disponible, sin lugar a dudas.
7 años después, puedo decir sin temor a equivocarme que fue la mejor decisión de mi vida. A los pocos meses de comprar mi Mac, vendí mi Xiaomi y me compré un iPhone 7, dos años después, un iPhone X y tres años después, renové el terminal adquiriendo la última generación de Apple. Mientras tanto, he adquirido un Mac mini, Apple Watch series 9, AirPods 3 y AirPods de segunda generación.
Apple ha conseguido sincronizar y mejorar mi vida. Cuando estoy en el coche, utilizo Apple CarPlay, y cuando estoy trabajando en mi Mac, puedo enviar los archivos de Figma o mis proyectos de Adobe Premier rápidamente a mi Mac mini M1 para seguir trabajando de forma mucho más fluida y si quiero, puedo utilizar el iPhone para visualizar todos los archivos que tengo en mis dispositivos. El ecosistema de Apple es real y funciona tan bien que no sabes por qué funciona. Esa es la magia de Apple y esa magia hizo que cuando mordí la manzana por primera vez en agosto de 2017, no haya podido despegarme de ella.