Hace unos días, en este mismo medio, escribía que aunque Apple se haya llevado un batacazo con todo el asunto del Apple Watch, el 2023 ha sido uno de sus mejores años. Pero, es precisamente este asunto, el que también me lleva a escribir las líneas que estás a punto de leer. Ya no como profesional, sino como persona usuaria de gran cantidad de productos y servicios de la empresa. Tristemente, me siento engañado. Y aunque no soy usuario de Apple Watch, tengo amistades cercanas que ese han comprado este reloj. Y ahora se encuentran en una situación de limbo.
Apple es una empresa que sabe vender muy bien. Tanto, que ha llegado a convertirse en una de las corporaciones más poderosas a nivel mundial. Nos venden una imagen de que ellos van a crear un mundo mejor a través de sus inventos y sus avances y sus productos. Y nos lo pintan de una manera tan bonita, que a todos nos dan ganas de soltar billetes a mansalva.
Sin embargo, si atamos cabos y vemos lo que ha sucedido con el Apple Watch, lo primero que se me viene a la cabeza, es que una de las tecnologías más revolucionaras que Apple decía que era suya, no era así. No se trata, tampoco de que hayan comprado una licencia o hayan llegado a un acuerdo. Han robado la idea. Y un juez les ha obligado a parar las ventas de los relojes en los Estados Unidos.
Apple, ¿eres real?
La pregunta que no para de rondarme todos estos días por la cabeza es si todo lo que hemos estado viendo estos últimos años ha sido ideado por Apple, o bien, lo que realmente ha sido ideado ha sido el robo de ideas y patentes de otras empresas. ¿Es real todo lo que nos han estado contando? Ya no sólo en cuanto al Apple Watch, sino en todos los avances que han presentado en todos sus productos.
Yo no soy un usuario de Apple Watch, sin embargo, hoy han pagado el pato quiénes se han gastado su dinero en comprar unas promesas que ellos mismos sabían que estaban en riesgo de no ser cumplidas. La credibilidad por los suelos, al menos por mi parte. Y puedo poner la mano en el fuego que muchos otros compradores también se habrán sentido decepcionados. ¿Un sensor que mide el oxígeno en sangre y Apple lo vende con invención suya? ¡Era de Masimo!
¿En qué más nos habrán estado mintiendo? ¿Cuántas empresas habrán estado pisando por el camino y ni siquiera somos conscientes de ello? ¿Dónde queda su retórica «del buenismo»? Incluso, ¿es Tim Cook tan genialmente maravilloso? ¿O es que está siendo condicionado por terceros y no tiene más remedio que cumplir órdenes? ¿Hasta qué punto los ideales de Apple están condicionando a la propia Apple?
Además, el componente de la salud es un aspecto en el que Apple está construyendo una parte estructural de su discurso. «El Apple Watch es el dispositivo que salva vidas». Al César lo que es del César. Vidas, las salva, pero patentes se las carga. ¿Qué va a ser lo próximo?
Han salido declaraciones de personas expertas en leyes y regulaciones que ya advierten que esta prohibición podría no ser la última. Si Apple ya sabía que hacía las cosas mal y, sin embargo, decidieron seguir adelante, con qué más nos van a estar engañando y que no sabemos? Todo un jarro de agua fría. Y sinceramente, me apena mucho tener que escribir y hablar así de una empresa cuya filosofía me despertó un gusanillo voraz por la tecnología. Qué pena.