Es innegable que una de las principales quejas de los iPhone son sus baterías. Cada vez menos a tenor de los cambios introducidos en últimas generaciones y más con los modelos ‘Pro Max’, que cada año se sitúan como los smartphone de alta gama con mayor autonomía. Ahora bien, ¿por qué existen tantas quejas? ¿Es cierto que Apple programa un deterioro de forma premeditada?
¿De dónde viene la polémica?
Con Apple y otras muchas compañías cierne siempre la sombra de la conocida como obsolescencia programada, que no es otra cosa que las configuraciones internas que se llevan a cabo desde las empresas para hacer que sus productos se desgasten antes de tiempo, favoreciendo con ello que los usuarios opten por comprar otros productos nuevos.
Las dudas con Apple en concreto vienen a colación de un suceso vivido con el lanzamiento de iOS 10.2.1, una versión que en su momento hizo que los iPhone 6/6 Plus y iPhone 6s/6s Plus sufriesen una ralentización en su rendimiento. Se debía todo a que esta actualización hizo que la frecuencia de reloj del chip de estos dispositivos disminuyese.
Lejos de negar este hecho, la compañía californiana lo reconoció y explicó que era una solución que habían implementado para, curiosamente, evitar el deterioro de las baterías, dado que las exigencias del software podrían hacer que se provocase un exceso se consumo. Semanas después, la compañía se disculpó y lanzó nuevas actualizaciones que acabaron por devolver a los procesadores su ritmo habitual.
El problema real de las baterías de Apple
Aunque todavía hoy colea el anterior suceso, por el cuál Apple fue incluso incluso multada en países como Italia, no se ha vuelto a demostrar que la compañía haya llevado a cabo prácticas similares. Ni con respecto al rendimiento general, ni a las baterías en concreto.
Ahora bien, ¿por qué entonces la batería de los iPhone dura cada vez menos? La primera y más evidente razón es el deterioro natural que sufren este tipo de componentes, ya sea en un iPhone o cualquier otro dispositivo. Por mucho que uno cuide la batería, al final solo se alargará en el tiempo su nivel de deterioro, porque existir, existirá.
La segunda y posiblemente definitiva razón se debe al empeño de Apple en integrar baterías muy pequeñas. Cierto es que la compañía puede permitirse implementar baterías más pequeñas en sus iPhone de lo que hacen sus competidores, dado que al ser ellos mismos quienes gestionan software y hardware, se consigue un mayor equilibrio y un mejoramiento de la gestión del consumo. Sin embargo, a la vista está que a veces arriesgan demasiado con las capacidades de batería de los iPhone.
Como ya decíamos al inicio, con el paso de los años esto ha ido mejorando y Apple ya es menos rácana en este apartado. Sin embargo, hay que destacar negativamente que en ocasiones las versiones de iOS que llegan no acaban de estar todo lo pulidas que deberían, y de ahí que en ocasiones deban pasar varios meses para encontrar una actualización que si sepa gestionar bien este asunto.