El MacBook Pro de 13 pulgadas, con dos puertos Thunderbolt del 2017 es el equipo principal que llevo usando desde entonces y que, en agosto del 2023 cumple ya seis años. Así que en este post voy a contarte mi experiencia personal de uso con un equipo no exento de polémica en su momento pero que, haciendo balance en perspectiva, es un ordenador que ha estado (y sigue) estando a la altura de lo que Apple prometió en su momento, y de las tareas que yo he podido llevar a cabo todos estos años.
Te voy a contar las especificaciones de mi equipo. Y ya te adelanto que, cuando lo adquirí en su momento, decidí apostar por una configuración avanzada, con la intención de que este ordenador me durase cuántos más años, mejor. Y parece que de momento funciona, ya que en pleno 2023 sigo utilizándolo para hacer cosas, como por ejemplo, redactar los artículos de La Manzana Mordida.
También te voy a explicar el contexto en el cual me hice con este equipo, así como algunos de los elementos más polémicos y susceptibles de conflicto. El primero de ellos, la batería. El segundo, los puertos de conexión (Spoiler: sólo tengo dos puertos Thunderbolt USB tipo C y he sobrevivido. Spoiler 2: Para mi, no ha sido para tanto).
Empezó siendo el ordenador de la universidad, acabó siendo el ordenador profesional
En 2017 iba a empezar mi segundo año de carrera, y fue cuando decidí apostar por el modelo de 13 pulgadas, con dos puertos Thunderbolt 3 (sin TouchBar), con las siguientes especificaciones:
- Intel Core i7 de 2,5 GHz
- Intel Iris Plus Graphics (la gráfica integrada)
- 16GB de RAM
- 256GB de SSD
En un inicio empecé llevando a cabo tareas ofimáticas, enfocadas principalmente a trabajos escritos. Pero esta situación tardó poco en cambiar, ya que en pocos meses me vi usando (y con una fluidez increíble) programas como estos:
- GarageBand
- Adobe Audition
- Final Cut Pro
- Audacity
- Adobe Photoshop
- Adobe Illustrator
- Adobe InDesign
- Affinity Photo
Edición de vídeo, foto y audio han sido las tareas que mayoritariamente estuve llevando a cabo durante los tres años siguientes que me duró la carrera. Así como también, unas primeras nociones de diseño gráfico. No obstante, una vez terminada la carrera, en mundo laboral donde estuve metido, requería de que tuviera un ordenador personal para trabajar. Y este mismo MacBook Pro de 13″ se convirtió en mi equipo de trabajo.
Desde tareas sencillas como documentos word, hasta la realización de bases de datos de clientes, pasando por campañas de anuncios y edición de material audiovisual para redes sociales. Y el ordenador ha seguido con su mismo rendimiento sin despeinarse. Por lo que, en cuanto a software y a tareas (a pesar de que ya no se vaya a actualizar más) ha cumplido, y sigue haciéndolo, sin ningún tipo de problema.
Los puertos de conexión
De un año a otro, Apple decidió retirar todos los puertos de los MacBook Pro. Por primera vez me enfrentaba a la limitación de no tener puertos físicos, y tener que acostumbrarme al «mundo sin cables», a la par que el ecosistema de Hubs y adaptadores.
Opinión personal al 100%, no ha sido un proceso tan «traumático» como sí creía que fue en un inicio, ya que en situaciones del día a día, trabajo con el ordenador conectado a una pantalla, y lo utilizo en un escritorio fijo. Por lo que, cuando me lo llevo a fuera para trabajar, utilizo una dinámica muy distinta, la cual hace que muy pocas veces necesite conectar accesorios.
Eso sí, en un primer momento, he de reconocer que fue chocante tener que ir a por un adaptador y volver a pagar más dinero, para tener conexiones que eran necesarias en según qué ocasiones. No obstante, fue una inversión que sólo se tuvo que hacer en ese momento, y de hecho, el mismo adaptador que me compré en 2017, es el mismo que sigo usando a día de hoy. Con lo que, en este caso, la compra se ha amortizado. El adaptador que adquirí en su momento es este que podéis ver justo aquí:
La batería
Si hay un punto en el que tengo «queja» es la batería del ordenador. No porque ahora mismo no dure poco, sino porque la degradación se produjo (en mi caso) en a penas 3 años y medio. A partir de ese momento, tuve que ir arrastrando el cargador a todas partes, hasta que la batería ya no podía más.
Pasé por el servicio técnico oficial, y tuve que pagar 225 euros de la reparación. Pero a cambio, he recuperado un ordenador en plenas capacidades de funcionamiento, y que sigue estando a la altura de todo lo que le pido. Y es que, la intención de compra de este modelo, con especificaciones ampliadas se está cumpliendo: mantener el equipo, funcional, cuántos más años, mejor.