Cada vez más usuarios de Mac están descubriendo que el mejor accesorio para potenciar su productividad es el iPad. En este artículo, os explicaré mi experiencia personal utilizando el iPad como monitor externo para trabajar con nuestro Mac y los motivos por los que vale la pena.
Ventajas de utilizar el iPad como monitor externo
La integración perfecta entre el iPad y el Mac permite una experiencia única al utilizar el iPad como monitor externo. Esta es una excelente forma de ampliar nuestro espacio de trabajo digital de forma nativa, quedando todo integrado en el ecosistema Apple. La clave del trabajo en equipo entre el iPad y el Mac es la fluidez en la transición de ventanas y aplicaciones entre ambos dispositivos que ofrece una muy buena experiencia de usuario.
Imagina llevar tu iPad a cualquier lugar contigo y convertirlo al momento en una extensión de tu Mac. Ya sea para presentar informes en una reunión, estudiar en la biblioteca o disfrutar de una tarde productiva en una cafetería, el iPad como monitor externo amplía las posibilidades y mejora la productividad en todos los sentidos.
Si mayoritariamente vas a utilizar el iPad en casa, este se convierte en un monitor externo mediante un soporte magnético, por ejemplo. Este setup o configuración de escritorio facilita el trabajo multitarea cuando necesitamos tener múltiples ventanas abiertas si estamos trabajando.
Control Universal, la magia del ecosistema Apple
La clave para esta experiencia fluida entre ambos dispositivos es la función de Control Universal. Esta característica permite un control intuitivo y fácil entre el iPad y el Mac. La sincronización perfecta de tareas y la facilidad de uso convierten al iPad en una extensión perfecta para tu Mac.
Mi experiencia personal con el iPad Air 5 y MacBook Pro
Como ya os comentaba antes, personalmente llevo utilizando mi iPad Air 5 como monitor externo con el MacBook Pro desde hace tiempo. Mi experiencia con el iPad Air 5 y mi MacBook Pro ha sido excelente. Además, en el caso del iPad Air 5, está potenciado por el chip M1. Una potencia increíble para un iPad que a veces para ir más fluido que mi MacBook Pro de 2019 con Intel. Gracias a eso, incluso puedo editar con Final Cut Pro en el iPad.
Así que el iPad como monitor externo no solo es una opción práctica, sino una herramienta que mejora la productividad. Si todavía no lo has probado, el iPad como monitor externo gracias a la función de control universal es una forma de trabajo imprescindible para los usuarios que estén sumergidos en el ecosistema Apple. Además, todos los modelos de iPad tienen una calidad de pantalla excepcional. En el caso de los modelos más recientes como el iPad Air o el iPar Pro, más aún.
El único inconveniente en este sentido sería utilizar un iPad Mini como monitor externo, ya que quizás el tamaño de la pantalla más reducido pueda ser un inconveniente. Sin embargo, también hay usuarios que lo han utilizado y que están contentos con la experiencia de uso.