Casi medio siglo en una industria como la de la tecnología podría ser homologable a dos o tres siglos para un humano. Puede parecer exagerado viendo como en los últimos años parece haber un techo de cristal difícil de romper, sin embargo el panorama hoy es muy distinto al de hace justo 44 años, momentos en los que Apple echaba a andar. Hoy, a modo homenaje, recordaremos algunos de los productos que han marcado por completo su historia y, seguramente, también nuestras vidas.
Apple, 44 años en los que no siempre estuvo en lo más alto
Hablar hoy de Apple es estar refiriéndonos a una de las compañías más valiosas del mundo, ya no solo en cuanto a capital, productos o servicios, sino como marca. Quienes nos manejamos por los terrenos fangosos del marketing sabemos lo tremendamente complicado que es generar una imagen de marca tan potente y prueba de ello es que tantas veces sea ejemplo en universidades y colegios profesionales en los que se estudia esta industria.
Y como en toda historia de éxito, los inicios no fueron fáciles. Steve Jobs y Steve Wozniak eran por entonces dos jóvenes chicos de Palo Alto, California, sin más pretensiones que las de revolucionar una industria. Ahí es nada. En pleno 2020 esto nos suena a risa, pero aún más cómico resultaba en 1976 cuando trataban de vender una placa de circuitos que conectada a una televisión era capaz de reproducir una serie de códigos que eran ni más ni menos que el primer ordenador personal de la historia. Junto al más desconocido Ronald Wayne, se aventuraron en la formación de una empresa que, como ya hemos dicho, es ya parte de la historia en muchos sentidos.
Por el camino ha habido muchos altibajos e incluso estuvo al borde de la quiebra a finales de los años 90, momentos en los que resurgió la figura de Jobs como salvador. Productos también ha habido muchos y paras todos los gustos y hoy se nos hace imposible recordarlos todos, por lo que hemos elegido cuatro productos icónicos que, por unas razones u otras, creemos que tienen un especial significado en los 44 años de historia de Apple. Probablemente tampoco podamos contarlo todo de ellos, pero trataremos de hacer un pequeño viaje por el significado y sentimientos que despertaron todos ellos.
Apple 1, ¿era necesario?
Hoy en día poca gente puede decir que no necesite un ordenador en sus vidas y quienes lo afirman es porque con sus smartphone o tablets pueden suplir perfectamente todas sus necesidades tecnológicas. Sin embargo en 1976 lo más novedoso que se tenía en casa eran esas clásicas televisiones culonas con las que en muchos hogares no había llegado ni tan siquiera el color. ¿Quién y para qué necesitaría un ordenador? Aquello era algo demasiado grande y pesado, con un desempeño muy sofisticado y orientado más a grandes industrias. Preguntar a alguien si tenía ordenador en casa era como consultar hoy a cualquiera si tiene una fresadora en su salón.
El Apple 1 fue realmente inventado por Steve Wozniak, aficionado a la electrónica y cuyo invento nunca tuvo una pretensión comercial. Simplemente lo hacía para divertirse. Fue entonces cuando Steve Jobs aportó lo suyo, que no era poco: la idea. El ilustre genio de sueter negro, por aquel entonces con un look todavía más informal, vio en aquel complejo circuito una interesante via para que las personas de a pie comenzasen a usar ordenadores personales en sus casas, lo cual no estaba reñido con hacer caja.
El producto se perfeccionó, haciendo montajes mucho más estéticos y añadiendo un chasis de madera con la leyenda «Apple Computer». Pese a que al principio no fue un producto que entrase en el mercado con facilidad, lo cierto es que sirvió para que la compañía comenzase a generar ingresos que permitieron la contratación de algún que otro joven más que ayudase en las tareas de montaje. Tal fue el éxito que el Apple 2 no tardó demasiado en ser una realidad.
Apple Lisa, el comienzo del fin de Jobs
Más allá de los argumentos por los que Steve Jobs bautizase a este ordenador con el sobre nombre Lisa, existe la leyenda de que casi tres mil unidades de este ordenador descansan bajo tierra en el desierto de Utah a causa de haber sido un fracaso en ventas. Y sí, también los grandes fiascos forman parte de la historia de Apple, siendo este uno de los casos más llamativos y que a la larga tuvo más repercusión.
Steve Jobs había pasado de dirigir un pequeño equipo en el garaje de su casa a estar al mando de una de las empresas más innovadoras del planeta y que competía de tú a tú con IBM. Sin embargo las finanzas nunca fueron su punto fuerte y la inversión que hizo en desarrollar el Apple Lisa estaba fuera de todos los límites. Los fieros accionistas trataron de pararle los pies en multitud de ocasiones, siendo esto el primer reflejo de que para muchos Jobs había pasado de ser un genio a ser un estorbo para la compañía de la manzana. Todo ello, tan solo 7 años después de haber empezado todo.
El Apple Lisa no estaba mal en esencia y de hecho se dice que incluso la NASA adquirió unas cuantas unidades con el objetivo de gestionar algunos de sus proyectos. Era un equipo atractivo visualmente, incorporando un cómodo mouse que por la época no estaba tan extendido y se dividida en dos modalidades de trabajo en el que podíamos encontrar un sistema de oficina, el Lisa Office System y otro más dedicado al trabajo, Lisa Workshop. Sin embargo hubo dos puntos que acabaron por matarlo, el primero de ellos es que era lento y excesivamente caro. Incluso los PC de IBM ofrecían algo más fluido
Para colmo, el también mítico Macintosh de 1984 apareció con una interfaz similar y con características comunes que lo hacían más atractivo en cuanto a precio. Y probablemente este Lisa no revolucionó la industria, pero dicen que de todo lo malo se aprende, y sin duda fue una semilla importante para que Jobs se llenara de rabia. Una rabia necesaria en ocasiones para que surgan las mejores ideas y, a la postre, puedan cambiar el mundo.
Mil canciones en el bolsillo con el iPod
Teléfonos móviles e incluso relojes nos sirven hoy para escuchar música en cualquier parte, pero antes de 2001 nos teníamos que conformar con los aparatosos walkman y discman, a los que teníamos que ir cambiándoles la cinta o CD para poder reproducir diferente contenido. Steve Jobs vio algo que los demás no vieron, o que al menos no supieron ver como nicho de mercado, y comenzó el desarrollo de un dispositivo de tamaño muy reducido y con el que no se necesitaría más que los auriculares para escuchar hasta mil canciones sin despeinarse.
Fue el primer gran proyecto del ilustre fundador tras su regreso a Apple tras haber sido despedido en 1985. La primera vez que vio la luz fue el 23 de octubre de 2001 y más allá de estar rodeado de leyendas, lo cierto es que supuso una revolución en la industria musical. Las productoras discográficas, caracterizadas por vivir en una crisis continua, tuvieron que adaptarse a una nueva era en la que la digitalización comenzó a acaparar todo el protagonismo. Dejamos atrás esos discos y cintas para, con un simple dedo y previo pago, acceder a un inmenso catálogo de canciones que hoy en día han evolucionado a plataformas como Apple Music, Spotify, Tidal y otras muchas.
iPod + Phone + Internet = iPhone
Esta curiosa suma fue repetida en bucle por Steve Jobs el 9 de enero de 2007 en la ya extinta Macworld Conference & Expo. Fue repetida tantas veces que incluso causaba risa entre los asistentes. Más allá de lo cómico, esto tiene algo de icónico. En aquel año los smartphone estaban ya inventados, no nos vamos a engañar, pero todos poseían carencias evidentes. Para poder manejarlos precisabamos de un tedioso stylus, disponían en ocasiones de incomodos teclados físicos y para colmo tenían navegadores y conexiones muy arcaicas para lo que se necesitaba.
Si con el iPod se tenían miles de canciones en el bolsillo, con el iPhone se conseguía tener un ordenador en el bolsillo. Poder hacer cosas tan triviales hoy como ampliar una foto con dos dedos, acudir a un lugar usando los mapas del móvil o consultar el periódico online era algo hasta la época inédito. El iPhone original, pese a que todavía tenía sus carencias, revolucionó la telefonía móvil hasta el punto de afirmarse que Apple estaba cinco años por delante de sus competidores.
Hoy la comparativa es mucho más compleja y probablemente no podemos decir que exista un teléfono por encima del resto, ya que la amplia variedad que existe y lo que estos nos ofrecen dan para que millones de personas puedan elegir lo que más les guste estéticamente, en funcionalidades y que mejor se adapte a su bolsillo. Pero desde 2007 y hasta pasados los años, el iPhone era la referencia mundial y es que todos querían emular sus funciones y prestaciones. Creó toda una industria que hoy en día es de las que más dinero mueve en el área tecnológica, aunando todas las compañías sus esfuerzos en crear potentes hardware que vayan a la par de sofisticados software.
¿Y ahora qué?
Hay un mantra en el que muchos se aferran y del que tampoco podemos negar que tenga cierto sentido: lo mejor está por llegar. Nadie sabe que deparará el futuro y que cosas que hoy vemos imposibles serán nuestro pan de cada día. Tenemos ideas de que podría ser revolucionario y que podría cambiar nuestras vidas, pero precisamente la esencia de todos los dispositivos revolucionarios de Apple fueron los de no ser algo esperado. Nadie, o muy pocas personas, creían que un ordenador o un móvil pudiesen ser una revolución para nuestras vidas. Sin embargo ahí están, como algo ya tan normal en nuestras rutinas como el comer pan con las comidas o el abrigarnos cuando tenemos frío.
Es por ello por lo que, pese al techo de cristal del que hablabamos al comienzo, tenemos que albergar esperanzas de que nos sorprenda. Y aquí ya no nos ponemos partidistas, porque es cierto que Apple parte con la ventaja histórica de haber sido la empresa que más veces ha conseguido generar esta ilusión y estos cambios, pero estamos seguros de que cualquiera puede ser quien rompa el saco. No sabemos si Apple llegará a cumplir otros 44 años y en ese hipotético 88 cumpleaños podremos estar añadiendo muchos más productos a esta lista, pero sin duda será un reto apasionante el ir descubriendo si se cumple. Por último, si quieres felicitar a unos compañeros o amigos del trabajo con una felicitación increíble, adjuntamos un post sobre las mejores apps para ello.
¡Feliz cumpleaños Apple!