No cabe duda de que la medición de saturación de oxígeno en el Apple Watch Series 6 ha sido una de las características que más se ha destacado de este nuevo reloj. El problema es que muchos tenían en mente que no iban a poder utilizarla debido a las regulaciones sanitarias que siempre existen en torno a funciones como esta. Sin ir más lejos esto ya ocurrió cuando se presentó la función ECG, pero en esta ocasión la situación es bastante diferente.
El nuevo sensor del Apple Watch no requiere aprobación de la FDA
Como bien mencionábamos, la posibilidad de realizar electrocardiogramas que llegó en el Apple Watch Series 4 no pudo llegar a todos los países a la vez. Esto se debe a que es necesario recibir una aprobación por parte de las autoridades médicas en cada uno de los países donde se quería utilizar. De entrada únicamente fue aprobado por la FDA, la agencia de EEUU, y fue llegando la aprobación del resto de agencias con el paso del tiempo como por ejemplo la europea.
En el caso de la medición de saturación de oxígeno se ha planteado una situación totalmente diferente. Ha podido llegar a todos los usuarios a la vez ya que no se requiere ninguna aprobación por parte de las autoridades médicos. Esto se debe a que se ha categorizado como un sensor relacionado con el bienestar de los usuarios y en ningún caso como un sensor médico. El hecho de que no se realice ningún tipo de diagnóstico por parte de la aplicación de medición es suficiente para que no pase por un instrumento médico. No obstante, como todos los sensores de un Apple Watch, funciona bastante bien.
Esto no ocurre con la función de ECG, ya que además de mostrar el electrocardiograma también da una interpretación de estos como por ejemplo fibrilación cardiaca. Aunque se recuerda en numerosas ocasiones que este resultado no es definitivo el hecho de que lo de, requiere de esta aprobación que está dificultando su llegada a muchos países. Es por esto que el oxímetro al no detectar ningún tipo de enfermedad ni dar ningún veredicto del resultado puede pasar de esta aprobación de la FDA o del resto de las agencias. Obviamente este dato se puede interpretar por parte de lo usuarios, pero sobre todo por los profesionales de la salud para realizar un cuadro patológico.
El oxímetro no detecta enfermedades
Esta información en si es realmente interesante, ya que recuerda que la medición de la saturación de oxígeno no detecta ningún tipo de enfermedad como tal. Esta es una idea que por desgracia se ha ido generalizando en ciertos usuarios que han visto este sensor como una puerta para diagnosticas enfermedades de manera solitaria. Se debe partir de la premisa que no goza de una precisión absoluta y que siempre estos datos tienen que ser interpretados por personas especializadas en el diagnóstico con una historia clínica completa. Y al igual que ocurre con la función ECG, la prueba angular para determinar esta saturación de oxígeno es una gasometría arterial. Esta información que se ha proporcionado en el día de hoy da pie a eliminar estas ideas que consideraban el nuevo sensor como un dispositivo médico oficial.